¡Bienvenido a el prólogo de Bajo la penumbra de la soledad!
El prólogo de Bajo la penumbra de la soledad una novela producción de El Chandelure Creativo.
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Prólogo[]
Todo comenzó el fatídico día en el que murió mi madre... Borja y yo estábamos jugando al escondite en nuestro hogar, Pueblo Lavanda, tan felices como siempre. Yo lo estaba buscando por la Torre Pokémon cuando llegaron unos tipos muy raros con una gran "R" marcada en sus trajes negros. Los adelanté sin que se dieran cuenta y subí todas las escaleras para reunirme con mi madre.
¡Unos humanos muy extraños vienen hacia aquí!
Tranquilo, siempre sube gente extraña a ver a sus Pokémon fallecidos.
¡Pero son muchos y tienen una gran "R" en su traje!
Al oír esto mi madre pareció preocuparse un poco pero me dio una sonrisa.
Prométeme que siempre vas a estar bien pase lo que pase...
Yo asentí con la cabeza y nos abrazamos un momento por última vez. Una lágrima se escapó de mis ojos pensando que algo malo iba a pasar. Llegaron los mismos tipos que antes nos vieron y me tiraron una esfera bicolor pero antes de que me diera la desvió con su hueso. Y miró hacia a mí.
Vete, vete, corre. Sal de esta torre, yo tengo que proteger los huevos.
Yo no me moví, no quería irme sin mi madre. Un humano con pinta de ser el líder, sacó un Persian de una esfera idéntica a la que me habían tirado y dio ordenes de atacar.
Empecé a correr intentando que nadie me viera, seguía sin querer irme, volteé y grite.
Mi madre pareció verme pero no se inmutó, me hizo señas para que me fuera, pero yo no quería abandonarla. Me escondí detrás de una de las tumbas curiosamente la misma en la que se había escondido Borja.
Archivo:Cara de Borja Litwick feliz.png ¡Me encontraste! ¡Ahora me toca a mí!
Mira, mira lo que le están haciendo a mi madre.
Miramos aterrados por encima de las tumbas. Los Pokémon eran muy fuertes y golpeaban fuertemente a mi madre, escuchaba sus gritos de dolor y sufrimiento. De un momento a otro los gritos cesaron, esos monstruos se habían ido. Regresé corriendo y rompí en lágrimas al ver que mi madre había muerto.
Estuve llorando un rato sobre el cuerpo inerte de mi madre. Borja se acercó lentamente.
Archivo:Cara de Borja Litwick triste.png Ay, Arceus santo, lo siento mucho.
Se fué corriendo de allí. Yo no iba a moverme, entonces, un anciano me recogió del suelo.
Yo sabía que los Pokémon no podíamos hablar con los humanos pero le respondí igual.
Unos hombres malvados la han asesinado.
Pareció entenderme más o menos, le dio una sepultura a mi madre y me dejó ponerle las flores. Me llevó a fuera y me despedí de mi madre por siempre. Me dejó en una casita de Pueblo Lavanda.
Quédate aquí. Volveré dentro de un rato, tengo que hacer una cosa.
Dejó en el suelo el Weedle que llevaba en la espalda y se fue. Me acurruque en el suelo y me puse a pensar en mi madre, se me acercó el Weedle.
Hola... ¿Cómo estas?... Triste no...
Yo me dí la vuelta y le respondí asintiendo con la cabeza.
Yo también me sentí así cuando llegué, si quieres puedo ser tu amigo para que no estés solo jamás.
Eso no pasará, te lo garantizo.
¡Claro! Me llamo Weedle ¿Y tú?
Me quité las lagrimas de los ojos y sonreí levemente.
Y así fue como murió mi madre y me hice amigo de Weedle, pero la historia no acaba aquí.
CONTINUARÁ